Cuando el nuevo día se implanta con un cielo de vectores lechosos que desparraman una llovizna de cansado terciopelo de las que al principio te refrescan la mirada y al final te empapan las pelotas, nada para tonificar forma y fondo como dibujar algunas mujeres al azahar acompañadas de afables criaturas culturistas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario